Podríamos resumir este bagaje, del periodo transcurrido del año 2019, en tres aspectos:
- Maduración del mercado de ventas en el residencial. Asistimos a una clara fase de estabilización de operaciones y precios en el residencial entre particulares. Hemos cerrado la etapa de "liquidación" con cierto frenesí de operaciones y creciente subida de precios para abordar ahora un mercado más estable en el que no todo se vende ni los precios pueden seguir subiendo al ritmo de 2017 y 2018.
- Techo en precios de alquiler. Otra área que comienza a tocar techo. Y además lo hace empujado por el rigor a la hora de seleccionar arrendatarios con capacidad para pagar un alquiler. Cuanto más alto es el precio, menos capacidad de pago hay en el mercado...o más riesgo de impago se asume. Los tiempos para alquilar viviendas fuera de precio comienzan a alargarse.
- Dinámica creciente en nuevos desarrollos. Los promotores se mueven. Con más precaución que antaño, pero guiados por la falta de oferta y la alta demanda en localizaciones premium buscan suelo con avidez. Esto se ve favorecido por los objetivos de captación de préstamo promotor de las entidades bancarias.
Si nuestro instinto no falla, 2020 consolidará los aspectos reseñados anteriormente y nos enfocará hacia una época estable con ritmos menores en los que la calidad, la profesionalidad y el acierto en la elección primarán.